21 sept 2010

El semen era la mejor tinta invisible de principios del siglo XX.
La inteligencia británica hizo un descubrimiento muy sorprendente durante la Primera Guerra Mundial: el semen se puede emplear como tinta invisible. Esta información aparece en el libro "MI6: La historia del Servicio Secreto de Inteligencia entre 1909 y 1949", que ha publicado el profesor Keith Jeffery recientemente. Según el investigador, los archivos del Servicio Secreto de Inteligencia son una verdadera mina en cuanto a material histórico.
Una parte sustancial de los archivos ha sido destruida con los años, pero Jeffery cree que hay suficiente información para contar historias reales, de gente común y corriente que ha llevado a cabo acciones realmente valientes.

Entre las historias que desvela el libro está la de la tinta invisible...
Walter Kirke era el máximo responsable de la inteligencia militar británica en Francia y fue el oficial que escribió en su diario en junio de 1915 que Mansfield Cumming, el jefe de la inteligencia británica, estaba muy interesado en unas investigaciones que se estaban desarrollando en la Universidad de Londres para conseguir tinta invisible.
En el diario, también hay una entrada de octubre de ese mismo año en la que Kirke aseguraba que "Cumming decía que el semen era la mejor tinta invisible", pues habían descubierto que no reaccionaba a los métodos de detección de principios del siglo XXI, como los vapores de yodo, y "podía leerse perfectamente".
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